¿Cómo llegaste al mundo de los seguros y qué te motivó a seguir en este camino? Llegué por obra del destino, pues me encontraba en una empresa de mi familia política, trabajando muchísimo para y por algo que no era mío. Un día, un excelente y querido cliente de ese momento me abrió los ojos y me colocó en el camino de los seguros. Como mujer, pude acceder a ser independiente, ver resultados que se reflejaban en mi vida, y que los logros eran por mí pero también para mí. Así comenzó mi camino en este rubro.
¿Qué desafíos enfrentaste al ingresar a una industria considerada tradicionalmente masculina? En realidad, veo los desafíos como puntos de crecimiento que me inspiran a dar más de mí. Aunque se ha considerado un área masculina, no lo vivencié como obstáculo, sino como catapulta para sacar lo mejor de mí en el camino de lograr un espacio en la industria. Cada paso lo vi como un desafío personal, y eso es muy positivo. ¡Bienvenidos los desafíos! ¡Nos hacen más fuertes!
¿Cómo crees que ha evolucionado el rol de las mujeres en el sector de seguros? Creo que la sensación de protección siempre ha venido de la mano de una mujer, el cuidado de la madre, la abuela… Y eso es lo que hacemos al vender una póliza: darle al cliente la certeza de que, a pesar de que algo podría suceder y no ser del agrado, como el robo de un auto o el fuego en una casa, está seguro de que alguien cubre sus espaldas. ¡Y en eso las mujeres brindamos confianza!
¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje en este camino profesional? Entender cabalmente la importancia de la comunicación efectiva y la empatía. En muchas oportunidades, esta industria implica interactuar con personas que están pasando por momentos difíciles. Aprender a escuchar y comprender la necesidad de los clientes es fundamental para dar un servicio adecuado y construir buenas relaciones de confianza.
¿Qué es lo que más te apasiona de tu trabajo? La variedad de situaciones cada día trae nuevos desafíos y oportunidades. La dinámica del trabajo nunca es monótona ni aburrida. También es interesante recalcar que el aprendizaje es continuo. Y, por supuesto, el impacto en la vida de los clientes: ayudarlos a proteger sus bienes, su salud y su futuro. Saber que se hace una diferencia significativa en la vida de alguien es muy gratificante.
En MAPFRE decimos que te convertís en “Asesora”, pero es la gente quien te convierte en “Asesora de Confianza”. ¿Podrías compartir un momento en tu carrera en el que realmente sentiste ese vínculo especial con un cliente? No sé si existe un momento en particular, porque a lo largo de todos estos años en MAPFRE he tenido varios momentos donde, más allá de los papeles y la situación en sí, la presencia, la palabra justa y el caminar un paso más han creado ese lazo de confianza indestructible con un cliente. Sabes que estará en tu cartera toda la vida, y no solo él, sino sus hijos y el resto de la familia. Nunca está de más hacer un poco más de lo que nos es pedido; esa es la llave.
¿Qué consejo o mensaje le darías a otras mujeres que quieren desarrollarse en el sector de seguros? Que no duden en formarse y aprender. Tener un conocimiento sólido siempre es clave para ser competitiva en el mercado, así como construir una red de contactos y desarrollar habilidades interpersonales, como la comunicación efectiva. Aprender a escuchar es clave; no todo el mundo precisa lo mismo.
Si pudieras definir tu camino en MAPFRE en una palabra, ¿Cuál sería y por qué? APERTURA. MAPFRE abre puertas, abre oportunidades laborales y de relaciones, abre a que estés en contacto con una gran variedad de personas, abre a que te veas en diferentes situaciones y puedas ver la solución desde varias perspectivas hasta encontrar la mejor. Creo que si hoy tengo que elegir una palabra, es esa por lo tanto que abarca.